Probé la normalidad y no me gustó


Escrito en octubre 2012

Cuando la probé,
me empalagué.
Luego,
me dieron náuseas,
me supo a encierro
y yo con ese antojo
de explorar, cuestionar,
de ser libre...
Su sabor era insípido,
aburrido, quieto,
triste.
Me paralizó la boca,
mis manos, el corazón,
mi sexo.
No me gustó.
Aunque es como
una dieta forzada
en estos tiempos.
Normalidad que sabe
a ausencia, monotonía,
dependencia.
Soy terca con los sabores
y ese
no quisiera volverlo a probar.
**DulCeCArITO**

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