Exiliada

Encarno el exilio de mi propia vida
y reviso mis pasos en muerte simbólica
como cierre de ciclos, finales, comienzos.
Recorro mi cuerpo en gimnopedia,
suaves movimientos descubren como olas
 la arena de recuerdos de otras vidas.
Las contradicciones de mi historia, permean 
pieles, delgadas, que tiemblan, parece frágil, esto...
La espiral del tiempo trae a mi memoria
el fascismo como ancla vergonzosa a un apellido.
El racismo innato de la Europa en mi sangre,
el patriarcado latente en lo cotidiano de quienes amo.
Compasiva reviso mis raíces y me encuentro
también con la rebeldía, la izquierda, Resistencia.
Y el cuidado paciente, la madre, el padre, apoyos decididos
de los altibajos, a veces incomprensibles,
de la libertad consciente, de esfuerzo y templanza.
Con amor la espiral que regresa, que me enseña
y aprendo, que fui una y soy otras, en un cuerpo,
materia con tatuajes de memoria en los brazos,
los recuerdos, los amores, la familia.
Gnossienes tranquilas, respiro y aprecio este exilio.
Observo mi vida que con amor reescribo
y orgullosa comprendo un pasado y la sonrisa
es mi venganza, mi ancla, mi lente para ver el mundo.
Los sentidos hoy son agudos, la escritura más lúcida,
encuentro, construyo, una voz en el ruido,
crítica desde la empatía, es mi ofrenda
desde mi diferencia.

*DulceCarito*
octubre 2014

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