Odio cuando la impaciencia
se anida en mi sendero
y me ancla a las preguntas
que hoy no puedo responder.
Me somete a querer
que pase lo que yo quiero, 
que se vengan soluciones
inmediatas que definan
el debido proceder.
Como si esas ficciones
de control sin decisiones
permitieran que la calma
llegara, pero se aleja y
la veo lejana, opacada, sesgada.


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