Ella que no es yo



No es este dolor.
Aunque se incruste en sus caderas
y desgarre las entrañas,
no es posible ser humana 
con sangre que arde como brasa.

No es tampoco esa catarata
de emociones desbocadas
cuando enuncia tantas sandeces
para hundirse en desolación.

Es tal vez un engaño de su cuerpo,
una jugarreta literaria,
un residuo acumulado de karma, 
traumas y desamor. 

Y ese ser tan evidente 
es la prueba fehaciente
de aquello que la habita,
el mal huesped que la incita
a creer que tampoco soy yo.

*Dulce Carito*
Octubre 2016

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